miércoles, 2 de abril de 2008

Factores importantes para estimular adecuadamente


La estimulación temprana es una manera de potenciar el desarrollo motriz, cognitivo, social y emocional de nuestros hijos, pero al mismo tiempo se debe respetar el desarrollo individual y la predisposición del bebé. Al inicio las actividades se enfocan en reforzar el vínculo emocional, masajes y estímulos sensoriales, respetando el desarrollo natural del bebé, y el instinto natural de sus padres. Luego se inician actividades de motricidad gruesa, motricidad fina, concentración y lenguaje. Es muy importante cuidar y proteger la iniciativa, la independencia y el autoestima del niño durante todo su proceso de aprendizaje. Al mismo tiempo vale la pena tomar en cuenta factores importantes para lograr aprovechar los estímulos adecuados a los cuales nuestros hijos pueden estar expuestos.

¿Cómo funciona la estimulación temprana en niños sanos?

Cada etapa de desarrollo necesita de diferentes estímulos que se relacionan directamente a lo que está sucediendo en el desarrollo individual de cada niño. Es muy importante respetar este desarrollo individual sin hacer comparaciones o presionar al niño. El objetivo de la estimulación no es acelerar el desarrollo, forzando al niño a lograr metas que no está preparado para cumplir, sino el reconocer y motivar el potencial de cada niño en particular y presentarle retos y actividades adecuadas que fortalezcan su auto-estima, iniciativa y aprendizaje.Las investigaciones médicas han avanzado muchísimo y, hoy, sabemos mucho más sobre el desarrollo del cerebro infantil y la importancia que tienen los primeros años de vida. Estamos totalmente seguros que la estimulación que un niño recibe durante sus primeros años constituye la base sobre la cual se dará su desarrollo posterior. ¿Cómo no aprovechar de estos momentos?
Factores importantes para estimular

¿Qué es la estimulación temprana en niños sanos?

Hoy en día, sabemos que nuestro bebé nace con un gran potencial y que está en las manos de sus padres el aprovechar de esa oportunidad en el proceso de maduración del bebé, para que este potencial se desarrolle al máximo de la forma más adecuada y divertida. La estimulación temprana es el conjunto de medios, técnicas, y actividades con base científica y aplicada en forma sistemática y secuencial. Se emplea en niños desde su nacimiento hasta los 6 años, con el objetivo de desarrollar al máximo sus capacidades cognitivas, físicas, emocionales y sociales, evitar estados no deseados en el desarrollo y ayudar a los padres con eficacia y autonomía en el cuidado y desarrollo del infante.La estimulación temprana en niños sanos desde ningún punto de vista es una terapia ni un método de enseñanza formal.Los niños desde que nacen reciben estímulos externos al interactuar con otras personas y con su entorno. Cuando estimulamos a nuestros bebés les estamos presentando diferentes oportunidades para explorar, adquirir destrezas y habilidades de una manera natural y entender lo que sucede a su alrededor.

martes, 18 de marzo de 2008

Para las mamás y los papás

Pero el beneficio no es solo para los pequeños, los adultos también reciben ventajas del contacto piel a piel. La experta en masaje Zaida Delgado recomienda que solamente los padres o hermanos y, en caso de que los abuelos tengan una cercanía especial, debe permitírseles hacer el masaje. La interacción es tan grande, que este no es un papel que deban ejercer, por ejemplo, las niñeras.
Los padres se familiarizan con su bebé: con sus ritmos de comunicación, con el aspecto de su cuerpo en momentos de tensión y de relajación.
Estimula la sensación de competitividad de los padres, porque sienten que, a través de este contacto, sus pequeños están a gusto y reciben grandes beneficios.
A través del masaje envían mensajes como: “te amo y quiero comunicarme contigo” y los pequeños lo captan.
El bebé aprende que sus padres pueden tocarlo con amor y tranquilidad y se acostumbra también a tratar así a los demás.
El contacto entre el hombre y su hijo, es como el de la lactancia con mamá

Cómo se hace LOS MASAJES A UN BEBE?

Un tipo de masaje incluye tres movimientos básicos, que serán la base de todo el contacto: rotar las articulaciones, hacerlas vibrar, apretar y soltar.
Se puede comenzar moviendo las articulaciones de los tobillos, de las rodillas y de los brazos, siempre de manera muy suave y en sentido de las manecillas del reloj. Así, se ayudará a disminuir la congestión del bebé.


“Debe tenerse especial cuidado de no ser bruscos, particularmente el papá, que tiene mayor fuerza debe prevenir una hiperextensión de los músculos”, recomienda Lozano.
Luego de apretar unos segundos, se suelta para favorecer que la circulación llegue mejor hacia el corazón.
Bastarán 15 o 20 minutos diarios y, a medida que crece el niño, pueden hacerse dos o tres veces por semana.
La terapeuta educadora en masaje infantil Zaida Delgado asegura que los niños estarán sonrientes y atentos cuando el masaje les gusta, sus manos y sus dedos están distensionados, como abiertos a la experiencia. Pero si la actividad no los cautiva, estarán desatentos, bostezarán y puede que presenten hipo, hagan pucheros o giman. Su cabeza no estará atenta al adulto e incluso pueden llorar.
En este caso, lo ideal es detener el masaje, pues este momento debe ser un instante cálido, que no tiene por qué convertirse en un martirio.
Antes de comenzar, el adulto debe tener las manos limpias, al igual que los implementos que se vayan a usar. Debe quitarse los anillos, las pulseras. y los relojes.
Zaida Delgado asegura que realizarles masajes a los hijos desde los primeros días de vida ayuda a que “los profundos vínculos emocionales creados en la infancia sean una base perfecta para toda una vida de confianza, valor, fiabilidad, fe y amor”.

Los masajes para recién nacidos favorecen su bienestar

La comunicación no verbal entre padres e hijos les permite
A Los bebés reconocer el mundo a través del tacto, identificar su límite corporal y, además, sentirse más seguros y amados.
Isabela está lista para comenzar la sesión en un ambiente cálido y bajo una luz tenue. Ella está recostada sobre un acolchado de colores ácidos, que la hacen sentir cómoda y tranquila. Como cada mañana, esta pequeña de cinco meses de nacida entrará en contacto con sus padres, a través de las caricias y los masajes.
Lo que Lindy y su esposo hacen con su pequeña hija, no es una moda, es una tradición nacida en la India en 1973, cuando Vilmala Schneider observó, mientras estudiaba y trabajaba en un orfanato, los beneficios de mantener este contacto con los niños y comprobó que la comunicación no verbal entre padres e hijos garantiza beneficios tanto para los pequeños, como para los adultos.
Lo ideal es hacerlo cuando el bebé esté relajado; por ejemplo, después del baño. Los padres deben conocer los ritmos de sus hijos, porque algunos se sentirán más cómodos en las mañanas, mientras otros recibirán el masaje como una manera de liberar la energía final del día y descansar con tranquilidad.
Se necesita también un lugar cálido, alejado del ruido. Allí, el bebé debe sentirse cómodo. “Se puede comenzar con un masaje en seco”, dice Asdrúbal Lozano, de la Academia de Yogaterapia. De esta manera se inicia un contacto con el pequeño, para que se vaya acomodando a las caricias. Después de un par de minutos se recomienda tomar aceite, para que el masaje sea más cálido. La idea es que sean de origen natural, como coco, sésamo, oliva o ajonjolí. “Los aceites procesados no se absorben en el cuerpo, mientras los naturales sí penetran la piel con facilidad”, aconseja Lozano.

EL HOMBRE CRECIENDO EN EL MUNDO ANDANTE ""

El hombre, a pesar de constituir la cúspide de la pirámide

del reino animal, presenta, sin embargo, el periodo más

prolongado de dependencia respecto a sus progenitores.

La razón es sencilla: el cerebro humano, debido a su

complejidad, precisa de mucho más tiempo

para madurar que el de ningún otro animal sobre la

Tierra.Tardamos algo más de un año en comenzar a caminar, auténtica piedra angular de su futura autosuficiencia. Las capacidades de un recién nacido se limitan a cubrir las necesidades más básicas: alimentarse, llorar para atraer la atención de su madre y asir fuertemente todo aquello que entra en contacto con sus manos. Este limitadísimo abanico de habilidades responde al estado de total inmadurez que presenta en esos momentos el cerebro.Pero lo que en principio podría parecer un factor negativo constituye, por el contrario, una enorme ventaja, puesto que aumenta la capacidad de aprendizaje y de adaptación al entorno respecto a un cerebro ya predispuesto a cumplir de una forma concreta las funciones para las que está preparado. Podríamos decir, en este sentido, que el cerebro del bebé es como un libro en blanco, dispuesto a ser escrito.En este contexto es en el que entra en liza lo que se ha dado en llamar la estimulación temprana, que consiste precisamente en ejercer una serie de estímulos dirigidos a través de ejercicios y juegos –la mayor parte de ellos basados en la reiteración- que potenciarán ciertas funciones cerebrales de interés para un crecimiento más equilibrado, más ágil y, en definitiva, más saludable.Ejercicios simples como el patrón cruzado, que trabaja la coordinación de la mano derecha y el pie izquierdo para así favorecer un aprendizaje más rápido del bebé a la hora de gatear, refuerza el desarrollo neuronal en las zonas que nos interesa de cara a las futuras capacidades no sólo intelectuales, sino también psicomotrices, sensoriales e incluso sociales del niño.Si bien los estudios no consiguen confirmar una efectividad cierta de este tipo de ejercicios, sí es cierto que el establecimiento de una rutina opera ciertas mejoras ya no sólo en la calidad del aprendizaje por parte del niño, sino también sobre el nivel de dedicación de los padres y en la calidad de su relación con el niño, lo que en sí ya es un beneficio visible.